La autocanasta
Muchas veces hemos visto y oído que para ganar todo vale, pero a veces para ganar hay que perder. Parece una paradoja ¿verdad? Pues es lo que sucedió en una eliminatoria de la Copa de Europa en el año 1962 que enfrentaba al Real Madrid y al Ignis de Varese.
Durante el partido de ida celebrado en Italia el partido llegó al final con el marcador empatado. Debido al ambiente caldeado del pequeño pabellón italiano (2.000 personas) los árbitros empezaron a notar la presión y anularon en la segunda parte 6 canastas a los madrileños. A falta de dos minutos para el final, los madridistas ganaban de 10, a falta de 27 segundos la distancia se redujo a 5 y cuando quedaban 2 segundos el partido estaba empatado. Como es normal el entrenador del Madrid, Ferrándiz, pidió tiempo muerto para elaborar una jugada tan peculiar como polémica. Al terminar el tiempo muerto sacaban de fondo y la pelota llegó a Lorenzo Alcocén que para sorpresa de todos metió la canasta….en su propio aro. ¿Pero por qué se tomó esta decisión?
El propio Ferrándiz explica que dada la situación del partido era mejor perder de dos puntos que forzar una prórroga y perder por una distancia más difícil recuperable en la vuelta. Mucho se habló sobre aquella jugada, muchos decían que no era legal, pero en realidad no había ninguna regla que impidiera hacer eso.
Al final la jugada salió a la perfección porque el partido de vuelta lo ganó el Real Madrid por 83-62. Pero debido a esta polémica canasta la FIBA incluyó en su reglamento un apartado en el que imposibilita este tipo de acciones: “La autocanasta anotada en los últimos instantes de un partido que evite un empate como resultado final, comportará la inmediata descalificación del equipo al que pertenezca el jugador autor de la autocanasta”
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